Descripción
Raúl Pérez, formado en la enología tradicional, su obsesión por trasladar la identidad de los distintos terruños a la botella le ha llevado a abandonar muchas técnicas y a reducir el uso de tecnología. Hoy en sus tintos busca la maduración y los tiempos de maceración idóneos para cada viñedo. Elabora por parcelas respetando la diversidad varietal de cada una de ellas y fermenta con raspón a menos que la uva se haya deshidratado. Afirma haber encontrado un equilibrio entre maduraciones cortas y maceraciones largas (de dos a cinco meses) que le permite conservar la acidez, extraer taninos de forma suave y polimerizar a través de la oxigenación. Ha eliminado el control de frío y utiliza maderas usadas y de gran formato en la crianza. En los últimos tiempos, trabaja con la flor como elemento de complejidad y de protección para evitar añadir sulfuroso en barrica.
En blancos huye de los mostos muy limpios y del frío. Prefiere la microbiología de las levaduras para evitar los aromas tecnológicos.